Campari Shakerato en el original Camparino Bar de Milan
Tomar el aperitivo en el Camparino Bar, es una tradición de Milán. Históricamente conocido como el bar de la marca Campari, ya en 1915 revolucionó el modo en el que se tomaba Campari, el bitter de color rojo y sabor amargo que casi se puede considerar un cocktail en sà mismo.
Disfrutar de un buen cocktail con esta vista de la Piazza del Duomo, no se puede mejorar!!!
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El ritual del aperitivo italiano, del que ya os he hablado en este post, puede parecer un poco raro para los no latinos. Para empezar, es un jaleo. En el Camparino Bar, con el aperitivo del medio dÃa, coinciden los que están tomando algo antes de comer, con los que ya están tomando el café. Asà que la barra está llena de gente, que rápidamente se toma el espresso, expreso de tamaño, como solo en Italia saben hacer, y en un santiamén están de vuelta en la calle. También estamos los que disfrutamos del aperitivo, y agradecemos la zona de comida preparada, con olivas, tarallinos – tÃpico producto italiano que es una rosquilla pequeña con levadura cocinada al horno, patatas, cebolletas en vinagre… Es un no parar.
Aperitivo del Camparino Bar |
Asà que hay una atmósfera auténtica, por una parte, la animada barra. Por otra, las vistas del local, a la Catedral de Milán y la Galeria Vittorio Emanuele. ¿Quién puede mejorar esto? Si además le sumamos la historia del local, tenemos una visita obligada. También único el aperitivo de la tarde, en este caso, con ambiente tranquilo en el bar, ya no hay gente tomando cafés, en contraste con el bullicio de la plaza Duomo.
Recomiendo el Martini Shakerato, del que os cuento mi experiencia. El bartender sirve el Campari en la coctelera, y me pregunta que si quiero un shot. Le digo que sÃ, sin saber muy bien qué me está preguntando, y veo como coge la botella de ginebra Bulldog y le hecha un toque. Agita la coctelera, música para mis oÃdos. Está mucho más tiempo agitándola del que yo pensaba, y asà consigue que la bebida tenga una espumita que se mantiene durante todo el tiempo que me dura el cocktail. Cierto, tampoco fue mucho, porque entraba taaan bien. Y se disfruta tanto, admirando la catedral de Milán, que es una experiencia insuperable. Se sube un poco, lo justo para que se te suba también el ánimo.
Campari Shakerato del Camparino Bar |
Los detalles del cocktail son varios. El vaso se ha enfriado previamente con abundante hielo, que luego se descarta. Al servirlo, se añade un twist de naranja. Y realmente, el agitado en la coctelera ha sido mucho más de los 6-8 segundos esperados.
El resultado, una delicia. Por la bebida en sÃ, pero también por el local. Es un aperitivo auténtico, de los de disfrutar de pie en la barra del bar. En cada viaje a Milán, siempre hay que encontrar un hueco para llevarte esta experiencia auténtica.
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